Los retiros del 10% siempre fueron una pésima política pública, pero se entendieron como excepcionales por dos razones: Una pandemia histórica y un gobierno que no ayudó a las personas. Los dos primeros estaban justificados e incluso evitaron que la economía se contrajera. Pero un cuarto retiro no tiene justificación alguna. Primero porque se extendió el IFE universal hasta noviembre, segundo porque no estamos en la misma situación de pandemia.
Acá la culpa no la tiene la gente, los expertos han sido utilizados por décadas para defender los intereses de los grandes empresarios, acá la culpa es de los políticos irresponsables de Izquierda y Derecha que están promoviendo el populismo para ganar un par de votos. Tal vez más adelante la pandemia empeore y ahí se justifique un nuevo retiro, pero promoverlo en este momento, donde el riesgo de hiperinflación es inminente, es una completa irresponsabilidad. Una nota de CNN detalla:
La Comisión de Constitución de la Cámara de Diputadas y Diputados escuchó ayer la presentación del presidente del Banco Central, Mario Marcel, quien fue categórico frente a un eventual nuevo retiro desde los fondos de pensiones, ya sea en un porcentaje o en su totalidad.
El economista aludió a la actual situación económica nacional, pues el crecimiento del país aumentó en 18.1% en el segundo trimestre y advirtió que un nuevo retiro de fondos llegaría en un momento macroeconómico distinto al de los retiros pasados. “El ajuste en los mercados sería mucho más amplio y acercaría al sistema financiero a un desequilibrio de magnitud que no hemos observado en Chile en mucho tiempo”, dijo.
Asimismo, Marcel advirtió que no será posible alcanzar una “recuperación sólida y sostenible” de la economía nacional si las iniciativas en cuestión son aprobadas, dado que “constituyen actualmente la mayor amenaza” para dicho objetivo. Un aumento en el recalentamiento de la economía, mayor inflación y severos desajustes financieros, que son vistos como riesgos a largo plazo, con la eventual aprobación de un cuarto retiro, alertó, podría tener efectos en poco tiempo, “con un impacto especialmente concentrado en 2022″.
En cuanto a la reforma constitucional que busca girar el 100% de los fondos previsionales, el académico fue enfático al proyectar “dimensiones difíciles de procesar para el mercado local” y dijo que expondría la economía a “situaciones de disrupción masiva y perjuicios de mucho más largo plazo y más profundas”.
En paralelo, evidenció su preocupación en torno a qué pasaría con el sistema de bonos: “para liquidarse más rápido tiene que haber alguien que compre, y en este momento no hay agentes que estén disponibles e interesados en comprar estos bonos. Las advertencias del presidente de la entidad autónoma se suman a la de otros economistas que han recomendado dejar atrás estas iniciativas, para que de esta forma la economía local vuelva a sus cifras prepandémicas y anteriores al estallido social.