En un nuevo ejemplo del falso patriotismo de los fascistas chilenos y demostrando que la corrupción de Sebastián Piñera es transversal en la Derecha, el multimillonario ultraderechista José Antonio Kast, que heredó toda su fortuna ya que jamás ha trabajado y está siendo financiado por organizaciones religiosas de Estados Unidos, fue pillado escondiendo 25.000 millones en el Paraíso Fiscal de Panamá para evadir impuestos. Parte del artículo de La Tercera señala:
El jueves 14 de septiembre de 2006, José Antonio y Christian Kast Rist acudieron hasta la 51° Notaría de Santiago para firmar un mandato general. En la escritura, el entonces diputado UDI le encomendó a su hermano mayor “la gestión de todos sus negocios” y le entregó 38 facultades de administración. Dos meses después, con ese mandato en la mano, Christian Kast tomó un avión hasta la ciudad de Panamá y se reunió, el miércoles 11 de octubre de 2006, con los abogados panameños Rolando Candanedo Navarro, socio fundador del bufete Candanedo, y María del Pilar Pimentel. Los tres participaron ese día en juntas extraordinarias de accionistas de tres sociedades constituidas en Panamá en 2003: Foods & Merchandising Investments Inc, Latin America Real Estate Investments Co. S.A. y Austral Inversiones S.A. El motivo era ampliar el ámbito de los negocios de esas sociedades y aumentar el capital de esos tres vehículos de inversión a un total de US$ 36,5 millones.
Las actas de esas reuniones, a las que accedió La Tercera, develan que Christian y José Antonio Kast “son los titulares de la totalidad de las acciones emitidas y en circulación con derecho a voz y voto” de las tres sociedades. Los documentos no precisan qué participación tenía cada uno. Las tres sociedades anónimas habían sido constituidas en 2003 en Panamá -un país considerado en esa fecha por la Ocde como un paraíso fiscal- bajo la fórmula de acciones al portador: es decir, quien tiene físicamente los títulos es el dueño. Esos tres vehículos de inversión no eran un instrumento cualquiera. Poco tiempo después, a esa operación siguió otra: las tres panameñas se transformaron en las matrices de los restaurantes Bavaria en Chile, actividades agroindustriales y un voluminoso patrimonio inmobiliario en Chile y el exterior. En esos negocios familiares, el gestor ha sido Christian Kast (62). Y socio por excelencia, su hermano menor, José Antonio Kast (53).
Un reportaje de revista Capital de 2017 detalló que las cecinas Bavaria representaban el 40% de los ingresos del grupo, mientras que sus posiciones inmobiliarias y hoteleras aportaban el restante 60%. Un currículo que uno de los ejecutivos del grupo, Matías de la Jara, colgó en LinkedIn cuantifica las posiciones de San Miguel Limitada: alrededor de 200 propiedades en Chile. Actualmente, según los registros del SII revisados por La Tercera, tres inmobiliarias ligadas a los Kast tienen 177 bienes raíces -que se extienden por todo Chile e incluye rubros habitacionales, comerciales, industriales y agrícolas-, con un avalúo fiscal total de $ 29.329 millones.
En los negocios inmobiliarios, al igual que Bavaria, siempre las decisiones las adoptó Christian, a quien sus parientes reconocen como el artífice del crecimiento y desarrollo del negocio fundado por el padre. Pero en ese empeño siempre tuvo un socio minoritario: José Antonio Kast. La reconstrucción de los cambios societarios de la última década y media permiten seguir la huella de sus movimientos. En tres años, entre 2004 y 2007, los dos hermanos Kast Rist reorganizaron todas sus empresas en tres líneas de sociedades. En un mismo día, el 5 de julio de 2004, constituyeron Empresas e Inversiones Bavaria Limitada, Empresas e Inversiones Linderos Limitada y Empresas e Inversiones San Miguel Limitada. En las dos primeras, Christian se quedó con el 90% del capital y en la tercera, con el 60%. José Antonio Kast se quedó con el 10% de Bavaria y Linderos y el 40% de San Miguel. Nueve meses después, en abril de 2005, formaron tres sociedades anónimas con los mismos nombres –Bavaria, Linderos y San Miguel– y replicaron los mismos porcentajes de participación de las limitadas. Un año más tarde, en abril de 2006, las sociedades anónimas se hicieron dueñas del 98% del capital de las limitadas.
La estructura estaba, así, preparada para el paso siguiente: el ingreso de las firmas panameñas creadas en 2003. Todo se hizo en poco tiempo: el 11 de octubre de 2006, Foods & Merchandising aumentó su capital a US$ 21 millones; Austral Inversiones S.A. lo elevó a US$ 1,5 millones y Latin America Real Estate Investment Co. lo incrementó a US$ 14 millones. Antes de que finalizara ese mes, las panameñas adquirieron las acciones de las S.A. que, hasta esa fecha, estaban en manos de Christian y José Antonio Kast. Todo se formalizó en enero de 2007: Foods & Merchandising reemplazó a Empresa e Inversiones Bavaria S.A. y pasó a controlar Bavaria Limitada; Austral Inversiones hizo lo mismo con Linderos, y Latin America Real Estate absorbió a San Miguel. Y se completó la nueva malla del grupo.
Las firmas panameñas nunca fueron declaradas por José Antonio Kast. En todas sus declaraciones de patrimonio que hizo en sus 16 años como diputado y la que realizó en 2017, cuando intentó llegar a La Moneda, no hay ningún registro de ellas. La nueva ley que regula esta materia, publicada en enero de 2016, sí obliga a declarar títulos en el extranjero. Pese a la omisión, el exparlamentario ha insistido en que todo su capital y patrimonio se han declarado correctamente. “Puedo reiterar que la totalidad de mi patrimonio está declarado, que es público y ha sido objeto de análisis por parte de los medios y la ciudadanía. No hay un solo peso fuera de esa declaración”, dijo a PULSO en 2017.
Sin embargo, su declaración de patrimonio del 9 de julio de 2014 entrega una pista. Entre muchas otras sociedades, Kast declaró tener el 10% de Empresas e Inversiones Bavaria Limitada; el 10% de Empresa e Inversiones Linderos Limitada y el 40% de Empresa e Inversiones San Miguel Limitada. Pero en esa fecha, las tres eran controladas por las nuevas matrices de negocio constituidas en Panamá. Kast no quiso responder a La Tercera si en realidad controlaba esos porcentajes a través de Panamá ni tampoco estuvo disponible para explicar los movimientos patrimoniales de los últimos años.