La ultraderecha, como no tiene nada que ofrecerle a las personas, lo único que sabe hacer es meter miedo y fomentar la ignorancia inventando enemigos imaginarios. Unos de sus favoritos es la ONU y la supuesta “agenda globalista”, que apunta a que existen “poderes fácticos internacionales” que quieren influir en Chile… ¿El chiste? LITERALMENTE organizaciones ultraconservadoras del mundo están financiando la campaña de Kast para quitarle derechos a las mujeres y a la comunidad LGBT. Parte de un artículo de Interferencia detalla:
Dos días antes de que se celebren las elecciones presidenciales en nuestro país, el candidato José Antonio Kast está considerado para participar del programa de la IV Cumbre Transatlántica, organizada por Political Network for Values (Red Política Para los Valores), organización cristiana que reúne a líderes conservadores de Hungría, España, Polonia, Eslovaquia, Francia, Estados Unidos, Irlanda, Reino Unido, México, Colombia, Ecuador, Venezuela, Guatemala, Perú y Chile.
La Red Política Para los Valores, es una plataforma transcontinental que dice estar a favor de la vida y la familia y que a través del lobby en diferentes países, ha coordinado e impulsado una lucha en contra de políticas destinadas a ampliar derechos relacionados con el aborto, matrimonio igualitario e identidad de género.
Esta red está formada por evangélicos y cristianos ultraconservadores. Desde el año 2017, José Antonio Kast ha tenido un rol protagónico en los encuentros y acuerdos transcontinentales. Este 2021, el candidato presidencial del Partido Republicano está considerado en la programación del evento, con su exposición Liderando el cambio hacia los valores cristianos y conservadores, que se realizará el 18 de noviembre a las 11:00 hrs en Budapest – Hungría.
En 2019, el candidato presidencial de la ultraderecha, José Antonio Kast, participó en la III Cumbre Transatlántica desarrollada en Bogotá – Colombia. En dicha instancia, compartió mesa con Sharon Slater, Presidenta de Family Watch International USA y Obiauju Ekeocha, Presidenta de Culture of Life Africa, Nigeria, bajo la temática “Retos de la relación entre los Estados y el orden internacional a la luz de la subsidiariedad”.
Después de agradecer al embajador de Chile en Colombia, Ricardo Hernández quien también se encontraba en el parlamento de Bogotá ese 5 de abril, Kast inició su discurso, haciendo un diagnóstico de cómo la izquierda “ha tomado los organismos internacionales de forma ideológica” y llamó a recuperar esos espacios para implementar la agenda valórica de Political Network for Values y las diferentes organizaciones cristianas que lideran la red conservadora transcontinental.
Luego, habló sobre el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo y cómo esto se relaciona con la decisión de abortar. “Atentan contra la vida, sin vida no hay ningún derecho, sin vida no hay familia. Muchas veces argumentan diciendo [el aborto] es el derecho de la mujer a elegir y qué pasa con aquel que está en el vientre materno”. Cuatro semanas antes de que José Antonio Kast, pronunciara estas palabras las calles de la Alameda en Santiago se habían repletado de mujeres. El 8 de marzo de 2019 fue la antesala de lo que sería en octubre el estallido social. Según las crónicas de ese día, cerca de un millón de mujeres se manifestaron a lo largo del país.
En la testera de la reunión planetaria del conservadurismo, Kast hablaba de la realidad chilena diciendo que “la ideología de género, ¿para qué decir cómo se ha tomado las calles? Pero es labor nuestra ir recuperando paso a paso los espacios, porque no hay ideología más perversa que la ideología de género. ¡Si hay algo más perverso que el comunismo es la ideología de género! Es como dice mi señora, a quien le rindo un homenaje por la lucha que lleva en contra de la ideología de género, es una política maléfica. Vamos a ir constatando paso a paso, cómo esto se va instalando en nuestras estructuras, lamentablemente”.
Acto seguido, arremetió contra la comunidad LGTBIQ+ diciendo: “También nos enfrentamos al lobby gay, pequeños grupos bien organizados que se instalan generalmente a las salida de estas salas plenarias, esperando a los parlamentarios, esperando a las autoridades y los siguen y los persiguen todo el día. Inundan sus redes y medios digitales con sus propuestas, les quitan la libertad. Lamentablemente, muchas veces, nuestros legisladores, no tienen la valentía de enfrentarlos. Si los respetamos, pero como una minoría.
Ya finalizando su argumentación, el candidato presidencial a las elecciones del próximo 21 de noviembre, dijo a la comunidad cristiana conservadora: “También nos enfrentamos al estado gigante, curiosamente esta misma izquierda ideológica que vive de los impuestos de todos nosotros, se ampara y se refugia en un estado burocrático y gigante y se llevan nuestros recursos para fomentar sus pensamientos, el estado gigante es la actual esclavitud moderna. Porque la izquierda ideológica quiere reemplazar a dios por el Estado. Quiere convertir a esos líderes antidemocráticos en una especie de dios, ahí está Maduro, Chávez y Castro, piensan que son semidioses y también nos quieren quitar a nuestras familias”.
La influencia de organizaciones evangélicas y cristianas en el contexto político tienen una estrecha vinculación con la ultraderecha conservadora en latinoamérica y en Europa. Así quedó de manifiesto en la lista de firmantes de la Carta de Madrid, la que busca combatir la ideología de inspiración comunista en la «Iberoesfera», misiva que también fue firmada por José Antonio Kast y personalidades como Santiago Abascal, presidente de Vox (España), el ex presidente colombiano, Andrés Pastrana, y Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien además es parte de The Movement, la otra gran red de derecha radical que opera en América Latina, pero con base en las fuerzas evangélicas de Estados Unidos, bajo la conducción de Steve Bannon, tal como ya había informado INTERFERENCIA.
A través de la investigación Transnacionales de la Fe realizada por CIPER y una red internacional, se logró establecer parte de las fórmulas que utiliza Alliance Defending Freedom (ADF) y otras organizaciones cristianas para influir en políticas gubernamentales y debates legislativos desde Estado Unidos al Cono Sur. INTERFERENCIA constató que en el portal de Political Network for Values, José Antonio Kast aparece como parte de su comité asesor, desde 2017. Dicha entidad ha estado relacionada con ADF en la organización y promoción de eventos que reúnen a políticos conservadores y de ultraderecha.
Según la investigación de CIPER, los registros públicos estadounidenses de organizaciones sin fines de lucro, indican que la ADF maneja un presupuesto que en los últimos años ha escalado hasta US$50 millones. Hasta mediados de esta década, la ADF colaboró con más de tres mil organizaciones y formó a cerca de cinco mil abogados provenientes de 20 países (Chile en esa nómina), 1.400 de ellos a través de su programa para jóvenes becarios Blackstone Legal Fellowship. Sus fondos fueron aportados por más de un millón de personas y mantenía no menos de 110 mil donantes activos.
Hasta ese momento ADF había invertido US$42 millones para costear litigios en distintos tribunales. Una de sus últimas batallas emblemáticas en Estados Unidos, fue su oposición en las cortes a la normativa para que los planes de salud de las empresas financien métodos anticonceptivos abortivos para sus empleados. Según la investigación, Transnacionales de la Fe, al menos cinco organizaciones evangélicas registran vínculos con personas o instituciones chilenas: ADF, Political Network for Values, Advocates International, Population Research Institute e International Human Rights Group.
Este tipo de vínculos no solo fue el motor de la elección de Donald Trump, sino que también fue determinante en el fulminante crecimiento de la bancada evangélica brasileña que pavimentó la victoria de Jair Bolsonaro, así como en el triunfo del “No” al acuerdo de paz con las FARC en el plebiscito colombiano.
