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Amigas y amigos, tenemos que dejarnos con las campañas del terror de ambos lados y alejarnos de los maximalismos. No habrá una crisis institucional si gana el RECHAZO como dicen los apruebistas y no nos convertiremos en Venezuela si gana el APRUEBO como dicen los rechazistas. La clave de todo, es entender que en ambos casos habrá que reformar el texto constitucional para mejorarlo.
En el caso del APRUEBO, la constitución que escribió la Convención no quedó tan mala como se anticipaba debido a los convencionales octubristas, pero tiene errores graves que deben ser corregidos a la brevedad, particularmente en Sistema Político y Sistemas de Justicia. En el primero improvisaron un mamarracho donde la Cámara de Diputados quedó con demasiado poder y cualquier líder populista puede llevarse el Estado para la casa, en el segundo le quitaron demasiado independencia al Poder Judicial.
Sobre el RECHAZO, tengan claro que la Constitución de Pinochet está MUERTA. Por lo mismo, en caso de ganar esta opción, habrá que hacerle innumerables cambios para incorporarle muchos más derechos y garantías. La clave será conocer si la Derecha, los mismos que llevan 30 años negándose a TODOS los cambios, estarán dispuestos ahora a modificarla de manera sustancial.
Al final, lo más “jocoso” de todo es que en ambos casos terminaremos con una Constitución bastante parecida. Sea agregándole estructura a la Nueva Constitución o derechos a la Vieja Constitución. Que sea cual sea la opción que gane sea en buena lid, sin mentiras ni campañas del terror. Los votantes del RECHAZO no son necesariamente fachos, los votantes del APRUEBO no son necesariamente octubristas.