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Si tienes dolor de cabeza te tomas una aspirina, si te haces una herida te ponen puntos, si toda la evidencia muestra que la dramática alza en la delincuencia está relacionada con la migración descontrolada, buscas cerrar las fronteras y facilitar las deportaciones a los extranjeros que cometen delitos. No hacerlo es simplemente no querer gobernar. Parte de la entrevista realizada por La Tercera a Sergio Muñoz señala:
¿Cómo evalúa la criminalidad actual en el país?
La criminalidad es cambiante, siempre lo es, sin embargo en este último tiempo hemos visto aumentada la violencia, la capacidad de los delincuentes de organizarse para cometer delitos y de formas que no estábamos acostumbrados a ver. Por ejemplo, la trata de personas. Si bien es algo que data de mucho tiempo, en Chile nunca antes vimos organizaciones que secuestraran personas para extorsionarlas, que ingresaran ilegalmente personas a través de nuestras fronteras a Chile con todo el riesgo que eso involucra, ganando y lucrando con personas que lo único que buscan es una mejor condición de vida y que vienen con niños muchas veces. Hemos visto cómo las extorsionan, llegando a veces a ser víctimas de explotación sexual, y con una agresividad que no habíamos visto.
De cuando era detective a ahora que es director de la PDI, ¿nota cambios en la cultura criminal?
Sin duda que hay modus operandi a los que no estábamos acostumbrados. Antes los mayores delincuentes en Chile eran los ladrones o personas vinculadas al narcotráfico. La delincuencia criolla ligada a sujetos como “el Perilla” o el “Cabro Carrera” que si bien realizaban una actividad ilícita y había disputas de territorios era una especie de delincuentes ‘con códigos’. Por eso eran blindados por sus propios vecinos, porque hacían regalos para la Navidad, no los atacaban a ellos, sino todo lo contrario, eran una especie de Robin Hood. Ahora vemos conductas violentas que han sido importadas a Chile, grupos conformados por extranjeros y chilenos que escalan a un nivel superior tanto la violencia como el tipo de organización.
¿Su experiencia da cuenta que nos enfrentamos a nuevas formas de crimen organizado?
La delincuencia siempre va a ser delincuencia. Un homicidio es un homicidio, tanto si se mató a una persona de un disparo, como si a otra le quitan la vida y la desmembran por completo. Es verdad, estábamos acostumbrados a una criminalidad más local, pero tenemos que reconocer que la importación de criminalidad ha hecho escalar la violencia en los delitos como nunca antes vimos. Hay extranjeros, y no digo que todos, porque le recalco, migrar es un derecho y todas las personas pueden hacerlo, pero hay ciertos extranjeros, estoy hablando principalmente de colombianos, venezolanos, que vienen a cometer delitos y que vienen con otras costumbres, otros modos de operar y que incluso hacen que el propio delincuente chileno tenga que ponerse a la par y el crimen empieza a escalar a un nivel superior y por eso vemos estas balaceras, enfrentamientos a la luz del día entre bandas rivales, disputas de territorio, etc. Claramente estamos viendo un poder de fuego y una violencia más exacerbada y eso está causando esta sensación de terror en la gente de ver estas nuevas modalidades de delitos.
¿Qué respuesta da la policía ante este escenario entonces?
Bueno, ese es justamente el trabajo en el que estamos enfocados hoy. Esto nos convida a mayores desafíos investigativos.
Claro pero uno ve cómo hace unos días apareció un cuerpo que llevaba cuatro días en una zanja, un baleo en el Metro, un cuerpo enterrado aparentente vivo… ¿Hay un descontrol?
Es que esas son las actividades que yo le digo son importadas, de otras realidades mucho más violentas de otros países que se están explicitando en Chile y que son parte del crimen global. Esto pasa en todo el mundo y lamentablemente ha sido incorporado a nuestro país, pero lo estamos atacando. Hay que hacer una distinción. Uno piensa ‘el crimen está desbordado porque la PDI incautó en el último período 40 toneladas de droga’, pero son 40 toneladas de droga que no llegaron a nuestras calles. La PDI incautó 200 armas, es decir son 200 armas que ya no están en las calles. Entonces hay que mirar el impacto positivo que ha tenido nuestra planificación de trabajo y cómo nos estamos haciendo cargo del crimen organizado y las investigaciones complejas con modelos de investigaciones especiales.
¿Como lo que han hecho con el Tren de Aragua?
Nuestro desafío es anticiparnos, subiendo el estándar para enfrentar y contener lo que está pasando en Chile. Tal cual usted lo dice, lo estamos haciendo hoy día con el Tren de Aragua, por ejemplo, una organización tan violenta que yo siempre he dicho no es piramidal, es más horizontal y tiene facciones en diferentes partes que se diseminan por Chile. Recuerde que detuvimos a integrantes del Tren de Aragua en Puerto Montt, en una operación conjunta con Iquique, después en Talca también a una mujer que tenían secuestrada porque no pagaba las mensualidades que les cobraban por seguridad.
El impactar hoy en esas organizaciones tiene que darle tranquilidad a la gente y que más allá de decir ‘está quedando la escoba en Chile porque está viniendo el Tren de Aragua’, reconocer también que le estamos pegando fuerte a cuatro fracciones y tenemos ya a un detenido que es el “Satanás”, este individuo que escapó de Venezuela de la cárcel detonando una granada.
¿Por qué un tipo así pudo sobrepasar nuestras fronteras?
Yo creo que fueron condiciones que se dieron en algún minuto determinado. No son políticas migratorias porque la migración, y lo repito, es un derecho humano, pero debe ser de una forma ordenada, regulada y eso en algún minuto no pasó con este éxodo masivo de venezolanos y que antes fueron los haitianos.