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Amigas y amigos, es momento de aceptarlo: Pensar que la gente quiere escribir la Nueva Constitución es sólo un fetiche de Twitter. La gente tiene 100 mil otras prioridades en su vida antes de querer escribir la Constitución, lo único que quieren es que una Comisión de Expertos les presenten una buena. No es que nos estemos sacando el dato de las gónadas o que nos creamos la voz del pueblo, es lo que dicen TODAS las encuestas.
En el papel suena bonito que la “gente” escriba la Nueva Constitución, pero la realidad muestra otra cosa. Plebiscitar la Democracia nunca ha funcionado en ninguna parte, pregúntenle a Inglaterra cómo le fue con el Brexit. Una cosa es realizar consultas menores a nivel local, otra muy diferente dejar que la gente tome decisiones de Estado. Por si fuera poco, la Convención expuso que no existe mayor farsa que los “independientes”, ya que casi todos en realidad eran activistas radicales y troskos.
En todo este proceso hay dos datos claves: 1) La Constitución de Guzmán está muerta ya que la gente si o si quiere una Nueva Constitución. 2) La gente no está votando Rechazo por el texto que entregó la Convención, lo están haciendo simplemente por el show de los convencionales. Por lo tanto, damos por sentado que hasta el más callampero de los expertos buscará construir puentes y no se mandarán los shows que se mandaban Elsa Labraña o Teresa Marinovic.
Considerando todo lo anterior, si gana el Rechazo olvídense de hacer una nueva elección de constituyentes de manera similar ya que será perder el tiempo, la mejor solución es que la Nueva Constitución la escriba una Comisión de Expertos. Que los partidos políticos presenten a sus expertos, que cada experto proponga temas específicos, que se haga una elección para elegir a estos expertos y ellos tendrán un tiempo determinado para presentar un texto que debe ser aprobado en un plebiscito de salida. Ganamos todos, gana la Democracia, gana el país.