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Todos los países tienen estallidos sociales, después del chileno hubo uno muy fuerte en Estados Unidos donde quemaron comisarías completas, pero nuestro país debe ser el único caso del mundo donde tenemos a una tropa de imbéciles que se quedaron pegados y basaron su personalidad en las protestas, a tal punto que 3 años después siguen “protestado” los viernes en Plaza Baquedano, ridículas “brigadas de salud” incluidas. Por esto es que el octubrismo pasó de ser una fuerza política sin precedentes a ser odiados por todo Chile en menos de un año.
No había que ser un genio para saber que el octubrismo iba a terminar hundiendo primero a la Convención y luegoal país. Nosotros mismos cambiamos nuestra línea editorial antes de la elección de constituyentes ya que sabíamos que esto iba a pasar, la extrema izquierda no tiene un proyecto político racional, y toda su doctrina está basada en consignas añejas que nos convertirían en una mezcla no irónica entre Venezuela y Haití.
El acto del día de ayer en Valparaíso, donde una tropa de tarados se metieron banderas chilenas por el ano, no puede ser considerado como un “hecho aislado”, es la guinda de la torta a un comportamiento habitual que tuvo la extrema izquierda en la Convención. Partieron pifiando el himno nacional, hacían shows todas las semanas matoneando a los que no pensaban como ellos, y terminaron de la manera más burda posible acorde a sus expectativas.
Considerando que ganaron con un 80% y arrasaron en la elección de convencionales, lo ÚNICO que había que hacer era aislar a la extrema izquierda, juntarse con el centro y los convencionales de derecha dialogantes, y habríamos tenido una Nueva Constitución acotada, funcional y moderada como tienen TODOS los países desarrollados. Pero en vez de eso, gran parte de la izquierda decidió sumarse a los delirios octubristas y se dieron todos los gustitos imaginables. El inminente triunfo del Rechazo será la crónica de un fracaso anunciado.
Más allá de la responsabilidad que tiene la tiene la centro izquierda en hacerle un cerco sanitario TOTAL a la extrema izquierda, cada uno de nosotros puede marcar la diferencia para acabar con el octubrismo y todo lo que representa: No votando por ellos, no apoyando sus shows de delincuencia los viernes en Plaza Baquedano, mandando a la chucha las protestas de los secundarios, condenando los grafitis, reprobando la evasión del Metro/Transantiago, no comprando en el comercio callejero. Volver a ser un país civilizado depende de todos nosotros.
Si queremos derechos sociales el país necesita crecer, si queremos crecer necesitamos estabilidad, si queremos estabilidad necesitamos orden, y para tener orden debemos eliminar por completo el octubrismo. Por el bien del país, los centros políticos deben dar un paso al frente para aislar a los extremos, y tal como la centro derecha debe hacerle un cerco sanitario al partido republicano, la centro izquierda tiene la obligación de aplastar lo que queda del octubrismo. de la mano de los extremos no llegaremos a ninguna parte.