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Tanto el Apruebo como el Rechazo, tienen argumentos de sobra para desconfiar de que si pierde la opción que les gusta los ganadores se cerrarán a todas las reformas. De que si gana el Apruebo el PC no querrá modificar ni una coma de la Nueva Constitución, y de que si gana el Rechazo la Derecha dura no querrá iniciar un nuevo Proceso Constituyente. Cuando la verdad es que en ambos casos, los sectores extremos pueden ser baipaseados ya que no los necesitamos.
En el fondo, si estamos pensando en décadas y no en meses, el plebiscito del domingo es irrelevante. La Nueva Constitución con las reformas adecuadas será una maravilla, y un nuevo Proceso Constituyente hecho con más seriedad y tiempo podría escribir una Nueva Constitución fantástica. Sea cual sea la opción ganadora, con el compromiso de las fuerzas políticas al final llegaremos al mismo resultado. La clave para la estabilidad del país la darán los partidos de Centro Izquierda y Centro Derecha.
Por eso es tan importante aislar completamente a los extremos, ya que son ellos los que quieren destruir al país con sus doctrinas fracasadas. Unos queriéndonos convertirnos en Cuba de manera no irónica, otros no sólo frenando los cambios, haciendo todo lo posible para quitarnos cada vez más derechos. El verdadero destino del país NO se juega en el plebiscito, se juega en el compromiso por reformar la opción ganadora.