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El estallido social fue un “hito” transversal de rabia y frustración contenida ante las injusticias. Nada más, nada menos. Algunos protestaron por el alza del Transantiago, otros por el CAE, por no tener para comer, por tener que hacer completadas para costear una enfermedad, o porque sus papás recibían una jubilación de 150 lucas. Las razones que gatillaron el estallido existieron y todavía existen, el problema fue pensar que tenía ideología y que debía ser glorificado.
Después del asesinato de George Floyd, se desencadenaron fuertes protestas en Estados Unidos donde quemaron comisarías completas. Pero pasado el tiempo nadie las glorificó ni siguió protestando después de 3 años como ocurrió en Chile. Las protestas violentas ocurren en todos los países y son válvulas de escape a la frustración de la sociedad, tienen un inicio y un final, pero por razones que personas más inteligentes que nosotros tendrán que explicar, en Chile eso no ocurrió y hubo personas que basaron su personalidad en las protestas. No estamos hablando sólo de anarquistas pastabaseros, estamos hablando también de políticos, medios, académicos, profesores y artistas.
En este contexto, como uno de los medios más importantes de Chile, por supuesto que tenemos que hacer una autocrítica por nuestro comportamiento antes de nuestro cambio editorial. En democracia la violencia no debe ser glorificada NUNCA. Cada semáforo destruido es dinero que el Estado deja de financiar pensiones, cada paradero vandalizado es un tratamiento de salud menos, cada micro quemada es un trabajador que no podrá llegar a su casa a descansar. Ni hablar de las miles de personas que perdieron sus puestos de trabajo por los locales que han tenido que cerrar debido a los constantes saqueos.
Lo anterior no significa negar las violaciones a los derechos humanos que se cometieron durante el estallido, existieron y están bien documentadas, el detalle es que las figuras públicas tenemos que buscar soluciones, no andar haciendo declaraciones incendiarias para quemar la pradera. Si las autoridades que ahora gobiernan hubiesen escrito “los abusos de Carabineros deben ser investigados” en vez de “pacos culiaos ACAB”, se habrían ahorrado la polémica en la que están metidos ahora con la arqueología tuitera. Las autoridades tienen que ser más responsables a la hora de hacer declaraciones, no pueden comportarse como un barra brava.
Reconocer que estabas equivocado es liberador tanto para el que lo reconoce como para el afectado. Y tal como nosotros lo estamos haciendo, TODOS deberían hacer exactamente lo mismo. Apruebo Dignidad por validar la violencia, la Derecha y los empresarios por estar décadas negándose a los cambios que el país necesita, los populistas por su irresponsabilidad al destruir la economía con los retiros, las fuerzas policiales por no respetar sus propios protocolos e incluso los anarquistas por cagarle la vida al pueblo que “supuestamente” dicen representar.
El mundo está enfrentando varias crisis, la economía del mundo se está hundiendo por la inflación y Chile se encuentra en una situación delicada. No podemos seguir inyectándole inestabilidad al país. No se trata de que nos vistamos de blanco y nos tomemos de las manos para cantar canciones llamando a la paz, se trata de que cada uno aporte su grano de arena para sacar al país adelante y mejorar la situación de todos. En ese sentido, reconocer que puedes estar equivocado, es un gran primer paso para lograrlo.