.
Para nadie es un secreto que en estos momentos tenemos al peor Congreso de la historia, particularmente la Cámara de Diputados, que son simios tirándose caca. Una tropa de payasos a los que sólo les interesa hacer shows para ser noticia, populistas que se mandan solos y no siguen las órdenes de su partido, delincuentes que sólo querían ser parlamentarios para robar y apitutar a su familia. Todos ellos con un denominador común: No les interesa lo más mínimo mejorar al país.
Uno de los grandes responsables de que esto pase sin duda alguna son los propios los partidos políticos. Nosotros somos los primeros en defender la importancia fundamental que tienen los partidos para tener una buena Democracia, (en Perú no hay partidos fuertes y llevan una crisis política de 20 años), pero si no se toman en serio la responsabilidad que tienen con el país y siguen postulando a payasos, no pueden quejarse de que la gente no crea en la política.
El problema de fondo, sin embargo, es que la misma gente sigue votando por estos payasos. ¿Qué esperaban lograr votando por Pamela Jiles? Una vieja populista que sólo sabe hablar de los retiros. ¿Johannes Kaiser? Un guatón que jamás había trabajado y sólo era famoso por publicar videos machistas. ¿Gaspar Rivas y la Doctora Cordero? Ambos tienen prontuario de desequilibrio mental. El caso más emblemático es Gonzalo de la Carrera, se supone que la elite tiene acceso a la mejor educación, y literalmente votaron por un retrasado mental.
Si, los partidos y los mismos políticos tienen elevar el nivel, pero la gente tiene que asumir su culpa por votar como la callampa y elegir voluntariamente a basuras como representantes, es demasiado fácil culpar al empedrado cuando eres tú el que está haciendo los hoyos. Si queremos tener un mejor país necesitamos una mejor democracia, y eso incluye que la gente se haga cargo de los weones por los que vota.