Si usted es lector de nuestro carismático medio, sabrá que siempre hemos dicho que el Senador Juan Ignacio Latorre es uno de los que “menos luces” tiene de la política nacional, ya que a grandes rasgos, vive dando cuñas malas y sus propuestas son altamente cuestionables. Que siendo presidente de RD se haya escondido en vez de enfrentar la crisis que destapó el PololaGate, es una muesca más en su revolver. Parte de un artículo de Ex Ante señala:
La moción de censura de la UDI activó al oficialismo en su totalidad, incluyendo al Ejecutivo y los presidentes de partidos. La idea era, en primer lugar, cuadrar a todos los diputados oficialistas para que no prosperara la ofensiva y, en segundo lugar, lograr los votos en contra de la moción por parte del comité CDU (ex DC y PDG), claves para salir del entuerto.
Parte del comité político se activó. Si se aprobaba la censura a la mesa podía convertirse en un adelanto de lo que podría haber pasado el 3 de julio si se adelantaban una semana las elecciones de una nueva mesa: el oficialismo corría el riesgo de no tener posibilidades de mantener la testera y con eso, se complicaba el control de la agenda legislativa en la testera de la Cámara.
A su vez, diputados de la bancada del PPD se contactaron con la presidenta del partido, Natalia Piergentili, para pedirle que hablara con el Frente Amplio. La noche del lunes el presidente de RD, Juan Ignacio Latorre, aparecía con el teléfono apagado, por lo que para algunos era imposible diseñar una estrategia para dar un cauce a la crisis.
.