La historia de Giorgio Jackson es interesante, desde su época en la universidad fue reconocido como un exitoso y despiadado operador político, estatus que mantuvo durante su tiempo como diputado. Sin embargo, una vez que se convirtió en ministro toda esa fama que ganó a lo largo de 10 años se desvaneció por completo, y demostró ser uno de los tipos más torpes e inútiles del gobierno.
¿Cómo pasó de ser el nuevo de ser el nuevo factótum de la política nacional a un inoperante que se ha equivocado en todo lo que ha hecho? Si nos preguntan, una cosa es ser goleador en las juveniles y otra muy diferente hacer goles en el primer equipo, Giorgio Jackson nunca fue más que el Phillip Araos ñuñoino.
Jackson jugó por demasiado tiempo un juego para el que no estaba preparado y acumuló demasiados cadáveres en el clóset a los que nunca les dio el golpe de gracia ¿El problema con esto? Ahora que cayó en desgracia todos esos cadáveres son zombies que irán por su cabeza sin misericordia alguna.
No hay nada más parecido a la política que la política, y Giorgio Jackson es culpable tanto de lo que hizo como de lo que no hizo, por lo tanto, tras el ridículo robo que afectó al Ministerio del Desarrollo Social debe renunciar antes de que siga hundiendo al gobierno. Boric debió sacarlo hace un año cuando dio bote en la Segpres, que lo siga manteniendo sólo porque es su amigo, es ser abiertamente un mal presidente.
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