Más allá de mayorías circunstanciales Chile siempre ha sido un país de centro. Que en las últimas elecciones hayamos transitado de la extrema izquierda a la extrema derecha, es exclusivamente culpa a un centro político cobarde y sin convicciones que prefiere venderse al extremismo por mantenerse en el poder.
El tema es que, de manera predecible, la formula de «centro derecha/centro izquierda pactando con partidos extremos”, sólo ha terminado beneficiado a los extremos.
El problema es aún peor, cuando vemos que los extremos no son capaces de entregar soluciones a los problemas que vive el país, ya que lo único que les interesa es imponer su ideología. Pasó con la extrema izquierda en la primera Convención, pasó ahora con la extrema derecha en el actual proceso constituyente.
Porque si, con la Nueva Constitución la gran beneficiada será la extrema derecha, pero tal como la extrema izquierda fue culpable del auge de la extrema izquierda, ahora será la extrema derecha la culpable del auge de la extrema izquierda.
Los extremos se necesitan para llegar al poder y ambos se potencian.
Votar EN CONTRA, en cambio, como la gran perjudicada será la Clase Política, para salvar los muebles los sectores responsables tendrán la obligación de llegar a acuerdos para sacar el país adelante, porque si no lo hacen saben que es cuestión de tiempo para que aparezca un populista anti-política que terminará de hundir el país.
En resumen, hay que votar EN CONTRA no sólo porque la Nueva Constitución es un mamarracho que NO es mejor que la actual constitución, hay que hacerlo también para acabar con los extremos.