Amigas y amigos, la época del “nadie es ilegal” y “migrar es un derecho” SE ACABÓ.
Actualmente son demasiados los países que están en crisis, las olas migratorias son incontables y ni los países ricos están en condiciones de aguantar la llegada de tantos inmigrantes.
Si colocas a 2 inmigrantes en un pueblo de 100 personas se adaptan sin problemas, incluso los enriquece culturalmente. Pero si a ese mismo pueblo llegan 25 extranjeros se generarán múltiples problemas, partiendo por la escasez de vivienda y que en vez de adaptarse provocarán choques culturales. (Que es exactamente lo que está pasando en Chile con los caribeños)
Si Alemania, Finlandia, Suecia, Noruega, Dinamarca, Australia y Nueva Zelanda endurecieron sus políticas migratorias, Chile debe hacer exactamente lo mismo.
AUSTRALIA
El gobierno de Australia anunció este lunes el endurecimiento de requisitos para que trabajadores y estudiantes extranjeros pidan una visa con el objetivo de que los niveles de inmigración sean sostenibles.
La nueva estrategia migratoria incluye la creación de un nuevo visado de «capacidades en demanda», el cual reemplazará a otros vinculados a los puestos de baja demanda, como parte de un plan para los próximos 10 años para mejorar las condiciones de trabajadores locales y extranjeros.
Este nuevo visado contempla tres categorías:
- Personas expertas con altas cualificaciones en sectores como el tecnológico y el energético
- Trabajos esenciales
- Personas con capacidades básicas.
La inmigración neta alcanzó un récord de 510.000 extranjeros en el último año fiscal -entre el 1 de julio de 2022 y el 30 de junio de 2023-, una trayectoria que apuntaba a sumar otros 440.000 y 305.000 en los próximos dos años, según los cálculos del gobierno.
Con la nueva estrategia, Australia, país que depende en gran parte de la inmigración para su crecimiento económico, pretende disminuir la inmigración neta a 375.000 en el próximo año y a 250.000 en el 2025.
«Vamos a asegurarnos de que volvemos a tener las cifras bajo control (y) a que construimos un sistema mejor, planificado en torno a cosas esenciales como la vivienda», apuntó hoy O’Neil en una rueda de prensa en Camberra.
La inmigración volvió a ocupar un papel central en la política del país en los últimos meses, en medio de la presión inmobiliaria y el galopante aumento del costo de vida, que muchos atribuyen a una nueva ola de extranjeros tras la pandemia de la covid-19, cuando el país perdió más de 71.600 inmigrantes, algo que no sucedía desde la II Guerra Mundial.
NUEVA ZELANDA
Conforme a los datos de la agencia oficial Statistics NZ, entre septiembre de 2022 y octubre de este año llegaron al país 118.800 inmigrantes para una población de 5,3 millones de habitantes que tiene este país oceánico.
Esta cifra “es muy alta para Nueva Zelanda, la más alta jamás alcanzada”, declaró hoy Luxon a Radio New Zealand, al aludir a datos oficiales que revelaron que la población neozelandesa creció en un 3 % entre octubre de 2022 y septiembre de 2023, principalmente a causa de un incremento neto de la inmigración.
Para atajar este asunto, Luxon se propone trabajar estrechamente con el Ministerio de Inmigración para implementar controles y auditorías estrictas en la gestión del número de inmigrantes que llegan al país.
Además, el nuevo gobierno de coalición quiere asegurarse de que los inmigrantes llenen estrictamente los puestos de trabajos en donde haya escasez de personal con capacidades específicas.
La inmigración es uno de los factores claves en el incremento de la demanda de las viviendas, que son escasas y caras, y otros servicios en Nueva Zelanda, según un informe publicado a finales de noviembre por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).