Muchos dan por sentado que el profundo espíritu republicano que existe en Chile es común en el resto de los países cuando en realidad es la excepción, y es precisamente lo que nos diferencia de los países bananeros que nos rodean.
Sin embargo, en este último tiempo, tanto la derecha como la izquierda se olvidaron de esa amistad cívica institucional que tanto nos caracterizaba, y llevan varios años preocupados de hacer puntos políticos diminutos intentando ganar la pelea chica del día. ¿El resultado? Un país sin gobernabilidad ni liderazgo que ha caído en una espiral de decadencia.
Con la trágica muerte de Sebastián Piñera, ese espíritu republicano ha renacido por todo lo alto, y desde Boric hasta Mañalich han reconocido lo positivo que es esto, llamando a que sea un nuevo punto de partida.
La Clase Política está en el suelo, Chile se cae a pedazos y la Democracia está en riesgo, estamos ante una tormenta perfecta para que llegue al poder un populista autoritario que terminará de hundirnos sin retorno.
Estamos ante la última oportunidad de recuperar el gran país que fuimos hasta hace no mucho, la Clase Política no puede desperdiciar esta última chance de hacer las cosas bien.