La marihuana hace mal. Punto. Que la pachamama, que sembrar plantitas, que liberan la mente, todas esas cosas las inventaron los jipis para justificar su drogadicción, y esconder que efectivamente el consumo prolongado provoca graves problemas cognitivos a largo plazo, mucho más que el café, el té, o los completos que siempre nombran las personas en situación de cannabis para sacarse los pillos. Un artículo de Radio ADN señala:
Varios estudios demuestran que el cannabis puede dañar el cerebro en desarrollo de un adolescente. Sin embargo, un reciente estudio de Canadá, publicado en la revista especializada Psychological Medicine, sostiene que la relación entre el consumo de marihuana y los trastornos psicóticos es mucho mayor de lo que se creía.
Desconcentrados, insensibles y sobreestimulados
Los adolescentes no solo pueden sufrir alucinaciones visuales y acústicas, señala Rainer Thomasius, director del Centro Alemán de Adicciones en Niños y Adolescentes (DZSKJ, por sus siglas en alemán). El cannabis también limita la capacidad de concentración y aprendizaje y embota la sensibilidad. Además, muchas veces, los consumidores se sienten sobreestimulados por su entorno.
Si bien la abstinencia de la droga puede curar un trastorno psicótico en pocas semanas, existe un mayor riesgo de por vida de caer en una psicosis, en caso de que se vuelva a consumir. El psicoterapeuta Thomasius indica que, en el peor de los casos, la psicosis puede convertirse en esquizofrenia. Si eso ocurre, los afectados se sienten amenazados incluso por los parientes más cercanos, y en situaciones extremas se pueden producir ataques mortales.
Cerebros jóvenes, especialmente vulnerables
En la adolescencia, el cerebro es una especie de gran obra en construcción y sustancias como el tetrahidrocannabinol (THC) afectan, por ejemplo, las sinapsis de las fibras nerviosas y el desarrollo de la sustancia blanca del cerebro.
El consumo de marihuana en la adolescencia puede destruir hasta un tercio de las conexiones que funcionan bien en el lóbulo frontal. Esta parte del cerebro se encarga de funciones como pensar, razonar y regular las emociones.
Thomasius explica, en entrevista con DW, que el coeficiente intelectual puede disminuir hasta diez puntos. “Si un coeficiente intelectual de por sí bajo cae de 90 a 80 puntos, esto significa un trastorno del aprendizaje”, dice.
El psicoterapeuta alemán agrega que también puede aumentar el riesgo de padecer depresiones y trastornos de ansiedad.
Asimismo, la limitación de la capacidad de conducción representa un serio riesgo para otras personas. “Desde la legalización del cannabis en Estados Unidos, el número de accidentes de tráfico graves bajo la influencia del cannabis se ha duplicado hasta decuplicado”, señala el director del Centro Alemán de Adicciones en Niños y Adolescentes.
Legalización envía señal fatal
En muchos países se debate sobre la legalización de la marihuana. En Alemania, su consumo es legal para adultos desde abril de 2024. Expertos temen que ahora será más fácil que nunca para los adolescentes conseguir cannabis.
Según Thomasius, la legalización minimiza el peligro y envía señales equivocadas. “Podemos predecir que la incidencia de la psicosis aumentará”, agrega.