Por si todavía quedaban dudas que la política de fronteras abiertas promovida por el Frente Amplio y el Partido Comunista fue un error que Chile pagará caro por décadas, en el juicio a los Gallegos que se está realizando en Arica, quedó la claro la bestialidad de delincuencia que importamos gracias al “nadie es ilegal”, ya que los mismos narcos chilenos están ATERRADOS con la violencia e incivilidad de los caribeños. Parte de un artículo de El Mostrador señala:
LOS GALLEGOS
Desde que se iniciaron las investigaciones relativas al Tren de Aragua en Chile (a inicios de 2021, en Iquique) y hasta la fecha, ha existido una importante confusión respecto del papel de Los Gallegos de Caracas al interior de dicha organización criminal y, además de que muchas veces se la define como “el brazo armado” de la misma o una facción, no existía claridad oficial acerca de su vínculo con el grupo creado por Héctor “Niño” Guerrero, al interior de la cárcel de Tocorón, en Venezuela.
Dicho vínculo, sin embargo, quedó clarificado durante los alegatos de apertura efectuados esta semana ante el Tribunal Oral en Lo Penal de Arica, cuando la Fiscalía reveló que Guerrero estaba al mando de las operaciones de Los Gallegos en Arica.
En efecto, según explicó el representante del Ministerio Público durante la instancia, en una escucha telefónica captada en marzo de 2022, que la PDI mantenía en contra de dos narcotraficantes chilenos del cerro Chuño de Arica, se sindicaba a Guerrero como el líder de los sujetos en dicha ciudad.
Los Gallegos, como ya informó El Mostrador, es una organización cuyo origen radica en una barra brava, específicamente la del club de fútbol Galicia de Caracas. Dicho equipo posteriormente se estableció en el estado de Aragua, donde varios de sus hinchas protagonizaron distintos delitos, por lo cual fueron recluidos en la cárcel de Tocorón, donde formaron un “tren” (un grupo de presos).
En Tocorón también se encontraban recluidos los tres fundadores del Tren de Aragua, el ya mencionado “Niño” Guerrero, junto con Johan Petrica y Larry Amaury Álvarez, más conocido como “Larry Changa”, quien en 2018 se estableció en Santiago, con el fin de iniciar las operaciones del grupo en Chile. Aunque en 2022 se fue del país, tras ser citado a declarar por su presunta implicancia en dos homicidios, todos los antecedentes indican que regresó y que al menos hasta el inicio de 2024 estuvo en el país, dirigiendo distintos secuestros en las regiones de Coquimbo, Metropolitana y Biobío.
NARCOS CHILENOS ATERRADOS
En la conversación entre los narcos ariqueños “El Huaso” y “El Cabezón” queda en evidencia que, a inicios de 2022, ellos sabían perfectamente qué era el Tren de Aragua, pero pensaban que Los Gallegos (que se presentaban como tales) no formaban parte del grupo y que solo se daban ínfulas de ser miembros de este.
Quizá lo más asombroso de todo es que, en el diálogo, “El Cabezón” le dice al otro que “hay una persona que es la tía de uno de los verdaderos de allá”, agregando que ella le dijo que “yo voy a hablar con mi sobrino pa’ allá, porque él es el brazo operativo y esos hueones no son, se están agarrando de un nombre no más, pero les van a venir a dejar la cagá”.
Un segundo audio entre los mismos personajes, grabado un par de semanas después, sin embargo, deja en claro que ya no les cabía duda de la filiación de Los Gallegos, pues “El Huaso” estaba aterrorizado, ya que informó a su amigo que “ta’ la pura cagá, hermano, los del Tren de Aragua quieren mi cabeza”.
“No huevees”, replica el otro, y “El Huaso” responde que “saqué a toda mi familia temprano” y que “estoy en la calle dando vueltas en una camioneta que me conseguí“. Asevera que “estoy con los brazos atados: saben cómo me llamo, cómo me dicen, dónde estoy, dónde estudian los niños, toda la huevá poh”.
En la conversación se explica posteriormente que a otro narco, a quien llaman “Arturo”, “lo secuestraron hoy ahí en la Petrobras”, tras lo cual lo golpearon y apuñalaron. De otro amigo de ellos, “El Brayan”, que también fue atacado por los venezolanos, explican que “se fue ese cabro, dejó todo botado: el auto, la casa, todo”.
Su amigo replica que a él también lo andan buscando y que “yo me quiero puro ir”. El primero reflexiona que “peligro yo y mi familia”. A tal punto llega la desesperación de ambos, que uno comenta la posibilidad de acudir a Carabineros, pero luego descartan la idea porque tienen prontuario. “El Cabezón”, además, informa a su interlocutor que “hoy día mataron a otro cabro, allá en Lima” y explica que “está la cagá con el Tren de Aragua allá, está la media zorra con el Tren de Aragua allá en el Perú”.
En una tercera llamada interceptada por la policía, donde “El Cabezón” habla con un sujeto de acento extranjero, el primero le informa que “ayer secuestraron al Rucio, hueón, le sacaron la conchesumadre” y que “lo llevaron pa’ arriba, pa’l vertedero, pa’ allá pa’ arriba tienen una huevá donde esos conchesumadre del Tren de Aragua están secuestrando”, haciendo referencia a la casa de torturas que Los Gallegos tenían en el sector del cerro Chuño, donde mantenían a sus víctimas de secuestros y también las ejecutaban, como se estableció en las investigaciones policiales.
Según “El Cabezón”, “El Rucio” fue torturado a fin de saber acerca de él y que, para ello, asaltaron la casa del segundo a las 3 de la mañana y que “se le metieron como cinco hueones, lo amarraron y se lo llevaron”. Lo interrogaron preguntándole si era cierto que vendía marihuana a un peruano y a un boliviano.
Por cierto: hoy en día nadie sabe el paradero de “El Cabezón” y “El Huaso”, ni tampoco si están aún con vida.