- La mala noticia es la comprobación de que tenemos a estudiantes universitarios que estarán incapacitados para entrar al mercado laboral ya que son una tropa de pastabaseros a los que todo les da ansiedad y su único futuro será hacer malabarismo en las esquinas.
- La buena noticia es que son un grupo realmente pequeño y cada vez son menos.
- La mala noticia es que las autoridades universitarias todavía les siguen teniendo miedo.
- La buena noticia es que cada vez son más las autoridades universitarias que se los están pasando por el pico.
Todo bien con pedir mejoras en la infraestructura y alimentación, pero al igual que los secundarios, es evidente que estos vagos sólo se van a paro para no asistir a clases, quitándole el derecho a educación a los alumnos que SI quieren estudiar.
Que dentro de su petitorio incluyan brutalidades como cortar relaciones con las universidades de Israel, que no desalojen las tomas que están convertidas en antros de delincuencia, y no sancionar a los alumnos que dejan la cagada todas las semanas, es la demostración de que estos pastabaseros sólo inventan razones para no asistir a clases. Una nota de Ex Ante detalla:
A la protesta en la Casa Central se suma la movilización en el Campus Juan Gómez Millas, que de paro pasó a toma. Profesores han denunciado en redes sociales que son “marcados” con una letra en la mano cuando ingresan al campus y que son escoltados por estudiantes. El petitorio de demandas. La causa palestina y cortar relaciones con Israel sólo es un punto más del extenso y variado petitorio de los estudiantes de las distintas facultades. Algunos puntos de las demandas son:
1. Mejoras en infraestructura.
2. Dispensadores de agua en todo el campus.
3. Mayores opciones en comida vegana y sin gluten.
4. Regular precios de alimentos con menores costos para quienes pagan con Junaeb.
5. Atenciones de salud mental.
6. No sancionar a alumnos movilizados con bajas notas.
7. Que se rechace el desalojo a las tomas habitacionales.