Cuando cierto sector de la izquierda rasga vestiduras porque la gente en la calle pide un “Bukele para Chile”, no tienen idea de las peligrosas medidas que está tomando para convertirse en dictador, lo único que saben es que el tipo trata a los delincuentes como animales sin importarle los Derechos Humanos, una decisión que a estas alturas debe ser compartida por el 90% de los chilenos.
Si les gustó tener una política de fronteras abiertas, si les gustó decir que “nadie es ilegal”, si no hacen deportaciones masivas, si andan regularizando inmigrantes ilegales y si hasta el día de hoy siguen permitiendo que entren caribeños por la frontera, van a tener que empezar a construir varias cárceles AHORA, porque tengan claro que es cuestión de tiempo para que tengamos un motín con varios gendarmes asesinados como pasó en Ecuador. Una nota de Publimetro señala:
En unos $150 millones han sido cuantificados los destrozos que miembros del Tren de Aragua han dejado en 47 de las 60 celdas de una unidad de la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago.
En entrevista con Meganoticias Alerta, el ministro de Justicia (s), Jaime Gajardo, dijo que el objetivo de esto es que se flexibilice el estricto sistema de reclusión al que están sometidos varios líderes criminales, asegurando que «el Estado no puede ceder» ante las presiones de los delincuentes más peligrosos del país.
Según se puede ver en imágenes compartidas por el Gobierno, las celdas de un módulo donde están presos 47 criminales extranjeros han sido completamente destruidas en los últimos días: baños, ventanas y hasta el concreto han sido parte de las medidas de presión de estos criminales.
«El objetivo que ellos tienen, eventualmente, es ser trasladado a otros establecimientos penales con menos vigilancia, con posibilidad, eventualmente, de que puedan fugarse de los establecimientos penales y eso nosotros no lo vamos a permitir», dijo la autoridad.
«Aquí hay un régimen intenso, porque las personas que tenemos en esa cárcel están dispuestas a hacer este tipo de desmanes y otros delitos más graves como los que ya han cometido para obtener sus objetivos. Y eso nosotros como Estado no lo podemos permitir», agregó el ministro subrogante.