Mientras el gobierno sigue sin querer controlar las fronteras, y mientras los cuicos de derecha e izquierda siguen obsesionados con regularizar a los inmigrantes ilegales, la realidad muestra día tras día que es el pueblo al que le están cagando la vida.
Una nueva prueba de esto, es que los reos venezolanos siguen destrozando cada celda de la cárcel de alta seguridad, y de paso ya tienen a todos los guardias amenazados.
Si Boric no se pone los pantalones y empieza a tomar medidas “estilo Bukele”, tengan claro que es cuestión de tiempo para que se produzca un motín de estos animales que terminará con varios gendarmes asesinados. Una nota de Radio Bío Bío detalla:
Siguen los intentos de motines y hechos de violencia al interior del Recinto Especial Penitenciario de Alta Seguridad de Santiago (REPAS), en donde se han registrado numerosos destrozos a las instalaciones. Los hechos han preocupado a autoridades y expertos.
El último sucedió el pasado martes, en la noche, en donde, de acuerdo con lo informado desde Gendarmería, se detectó a través del circuito de cámaras con las que cuenta en el penal, que un grupo de reos provocaron daños en sus respectivas celdas y en pasillos correspondientes al sector de reclusión.
El representante provincial de ANFUP (Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios) Chacabuco, Rodrigo Muñoz, transmitió la preocupación que existe entre gendarmes del REPAS debido a las amenazas de las que han sido víctimas.
“Esto es preocupante porque los funcionarios están amenazados de muerte, sus familias. Luego funcionarios necesitan un apoyo de la autoridad del servicio y necesitamos que se haga una intervención real. El crimen organizado se tienen que tratar como tal. Se tiene que hacer una diferenciación con el reo común y con aquellos que salieron de bandas y están operando desde la cárcel”.
Según pudo conocer Radio Biobío, los internos que provocaron los incidentes estaban solicitando visitas conyugales y corporales, lo que fue denegado por las autoridades. Eso provocó que uno de los reos se liberó por un shaft, para luego romper 11 candados, saliendo otros 7 internos al pasillo del recinto.