Ya no podemos imaginar nuestra vida sin Internet y sus posibilidades. Tanto si queremos hacer la compra como reservar entradas o encontrar una plataforma para jugar a Awintura, ahora dependemos en gran medida de la red para hacer las cosas. Y gracias a la comodidad de las compras en línea, cada vez es más fácil.
Pero a pesar de sus ventajas, las compras por Internet entrañan algunos riesgos. Los piratas informáticos pueden robar su información personal e incluso hacerse con su cuenta. Si no sigues estos sencillos pasos, puedes ser víctima de un robo de identidad.
Compra a vendedores conocidos y reputados
A todos nos ha pasado alguna vez: estamos navegando por el móvil y aparece un anuncio con cosas estupendas a precios superbajos. Es tentador. Pero si quieres estar protegido, asegúrate no solo de que el sitio web es de confianza, sino también de que el vendedor lo es.
Si no has oído nada sobre la empresa o el sitio en el que vas a comprar, busca su reputación en Internet para asegurarte de que son legítimos. Si no, quédate con vendedores o minoristas que conozcas.
Paga con tarjeta de crédito
Las tarjetas de crédito son más seguras que las de débito porque incorporan protección contra el fraude. Si te roban la tarjeta, no perderás dinero. Si es posible, utiliza una tarjeta exclusiva para tus compras.
A diferencia de las tarjetas de débito, las de crédito te dan un nivel extra de protección. También te da derecho a “devolver el dinero” si crees que has sido víctima de un fraude. Tu compañía de crédito investigará tu reclamación y eliminará los cargos fraudulentos.
- Comprueba los extractos de tu tarjeta de crédito o débito para ver si hay cargos no autorizados. No dejes expuesto el extracto de tu tarjeta de crédito en una cafetería, etc.
- Si observas algún cargo/compra fraudulenta en tu cuenta de la tarjeta de crédito, comunícalo inmediatamente a tu banco o al proveedor/emisor de la tarjeta.
- Guarda tu tarjeta física en un lugar seguro para que los cibercriminales no puedan utilizar un skimmer para robar tus datos.
Usa contraseñas y nombres de usuario únicos para cada cuenta
La mayoría de los comercios en línea te permiten crear una cuenta en su sitio web. De esta forma, tus datos personales y el número de tu tarjeta de crédito quedan almacenados en su sistema. Muchos usuarios crean una cuenta para ver el estado de sus pedidos, el historial de pedidos y para facilitar la repetición de pedidos.
Sin embargo, para cada cuenta que tengas, asegúrate de utilizar unos datos únicos. Piensa en esto: si tienes cinco cuentas para cinco comercios distintos, pero utilizas el mismo nombre de usuario y contraseña para cada una, en cuanto un pirata informático descifre tu nombre de usuario, tendrá acceso a todas las cuentas en las que utilices ese nombre de usuario.
Ten cuidado con las estafas por correo electrónico
Una de las estafas más frecuentes en las compras es el phishing por correo electrónico. Estas estafas suelen hacerse pasar por una marca conocida (Amazon es una de las favoritas) y contienen un enlace fraudulento a una acción como confirmar una dirección de entrega, verificar tu cuenta o actualizar tus datos de pago.
Haz clic en el enlace y accederás a una página de phishing, donde se te pedirán tus datos a través de una versión casi idéntica del sitio web oficial.
Si recibes un mensaje de este tipo, no hagas clic en el enlace del correo electrónico. Y si crees que es auténtico, ve directamente al sitio web oficial escribiendo la URL directamente en el navegador que elijas.
No todo lo que parece excelente lo es realmente
Los grandes minoristas suelen promocionar ofertas increíbles para atraerte a sus tiendas y sitios web, especialmente durante la ajetreada temporada de compras de fiestas. Desgraciadamente, los ciberdelincuentes también lo saben, por lo que intentarán aprovecharse mientras buscas en Internet las mejores gangas.
Un buen consejo es utilizar el sentido común. Por ejemplo, si ese increíble televisor Ultra HD de 50 pulgadas que le iba a costar miles de euros, de repente cuesta unos cientos, entonces debería empezar a sonar la alarma.
Por muy tentador que sea hacer clic en el botón “comprar”, da un paso atrás e investiga un poco. Indaga en las opiniones de la empresa o búscala en Internet para asegurarte de que es legítima.