La burocracia de la Clase Política tiende a complejizar problemas cuyas soluciones son mucho más simple. En el caso de la delincuencia, si quieren obtener resultados sólo deben declararle la migración ilegal y acabar con la Puerta Giratoria.
Sobre esto último, el Senador de Evópoli Felipe Kast, en una columna donde explicó de qué se trata su proyecto para acabar con la puerta giratoria, detalló el grave problema que tiene el país con la reincidencia delictual.
Los datos muestran que en 2023 Carabineros realizó 24.221 detenciones por robos, de las cuales el 81% (19.619) eran delincuentes reincidentes, y un 49% (11.868) tenía cinco o más detenciones. Las policías hacen un enorme trabajo para capturarlos, pero a las pocas horas estos mismos delincuentes están tramando el próximo delito. Unos pocos cometen la mayoría de los delitos y tienen un lucrativo negocio: no van a la cárcel y se ríen del sistema.
¿Por qué pasa esto? Porque el Código Procesal Penal tiene una falla estructural: los fiscales pueden cerrar más rápido los casos utilizando “salidas alternativas”, mediante las cuales el delincuente, a pesar de haber sido capturado e identificado, sale del proceso sin condena, y no queda “marcado” en el sistema.
Al poco tiempo vuelve a delinquir, y aparece en el sistema como si fuese su primer delito. Este círculo vicioso, donde alguien que ha cometido 20 delitos sigue apareciendo como principiante, es la razón por la que existe la puerta giratoria, y la razón por la cual robar en Chile es muy rentable.