No se trata de que el Servicio de Evaluación Ambiental no exista y permita a las empresas destruir el Medio Ambiente, se trata simplemente de que la institución no puede estar tomada por activistas fanáticos que rechazan proyectos por ideología.
Un proyecto podrá ser bueno o mal, pero no tiene ningún sentido que lleve DIEZ AÑOS TRAMITÁNDOSE. Chile pasó de ser un ejemplo de país moderno que atraía las inversiones a uno que las ahuyenta.
Si no modifican el Servicio de Evaluación Ambiental pronto y eliminan la ridícula burocracia y permisología estatal, nuestro país estará condenado a convertirse en una república pobre y bananera. Una nota de Ex Ante detalla:
Puerto Valparaíso, el segundo más importante de Chile, ha tenido que enfrentar los obstáculos de la denominada permisología para concretar una inversión de más de US$ 850 millones, la que permitiría mejorar su capacidad y eficiencia. El proyecto, llamado Terminal Cerros de Valparaíso (TCVAL), lleva más de 10 años de tramitación ambiental.
Esta semana se cumplió un nuevo hito, al recibir las observaciones de los servicios con competencia ambiental que consolidó el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) mediante un quinto Informe Consolidado de Aclaraciones, Rectificaciones o Ampliaciones (ICSARA).
De esta forma, el SEA se mostró insatisfecho una vez más con la adenda que presentó la empresa, que ya había recibido una aprobación ambiental en 2018, pero que se había desestimado.